
El otoño trae consigo una serie de cambios que afectan a nuestro estado de ánimo y hábitos de vida. Se trata de una época del año con paisajes hermosos, árboles anaranjados, caída de las hojas y bajada de las temperaturas dejando atrás el verano oficialmente. Pero el otoño es también una época del año en la que las horas del día de luz se acortan y nuestros hábitos cuotidianos de vida se ven modificados.
Lo cierto es que no a todo el mundo le sienta bien la llegada de esta nueva estación tras la época estival y hay un porcentaje importante de la población que sufre un trastorno afectivo emocional (TAE), se trata de un fenómeno transitorio que puede manifestarse en una leve depresión y un cambio en ciertas conductas. ¿Crees que eres de los que te afecta mucho la llegada del Otoño? Te explicamos cuáles son los síntomas más característicos y como combatirlos.
Caída del tono vital
La reducción de las horas de luz puede afectar en el estado de tu tono vital. Con la llegada del otoño es posible que notes una disminución de tu energía vital y que tiendas a sentir más fatiga. Como consecuencia de este estado de mayor cansancio vital, tendemos a abandonar o postergar actividades de ejercicio físico que sí que hemos practicado durante las estaciones anteriores. Resulta recomendable no abandonar el ejercicio físico durante el otoño, aunque sí se puede readaptar la rutina de entrenamiento para hacerla menos exigente.
Mayor aislamiento social
Las personas proclives a padecer un trastorno afectivo emocional durante el otoño, lo describen también como una época del año en la que puede aumentar la tendencia al aislamiento social. El cambio en las temperaturas y los hábitos de vida puede hacer más complicada la interacción social. Para superarlo, intenta mantener reuniones fijas con tus conocidos, como por ejemplo, partida de billar los miércoles o barbacoa los domingos. Mantener hábitos saludables de vida te ayudará durante esta época del año.
Mayor ingesta de calorías
Es natural, a medida que la temperatura exterior desciende, nuestro cuerpo necesita una mayor ingesta de calorías. El problema viene cuando esta ingesta extra de calorías se lleva a cabo aumentado tan solo la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos y grasas. Debemos vigilar especialmente en esta época del año el cambio en los patrones alimenticios puesto que la dieta que adoptamos en otoño nos acompañará en la mayoría de los casos durante el invierno. Por ello es importante planificar una dieta saludable que nos aporte un extra de energía.
Cambios en los hábitos de sueño
La reducción de las horas de luz que tiene el día hace que muchas personas noten un aumento de la somnolencia. Esto es natural hasta cierto punto si se trata de un síntoma que desaparece en un par de semanas a medida que avanza la estación. Sin embargo, existe un grupo de gente que aumenta significativamente las horas de sueño. Debemos controlar que este cambio de hábitos no nos afecte en nuestras rutinas diarias e intentar retornar a un patrón de descanso similar al del resto del año.
Modificación del carácter
Si eres una de esas personas que, quizás sin saberlo, padeces el trastorno afectivo estacional propio del otoño, también observarás que durante esta época del año tu carácter se torna más reservado y sombrío. Es como si tus reservas de energía positiva quedaran a mínimos durante el otoño, y tu irritabilidad alcanzara cotas desconocidas en comparación con cualquier otra época del año. Para combatirlo, continua haciendo deporte, márcate una dieta sana e intenta socializar. Lo mejor es marcarse algún objetivo, meta o recompensa gratificante que nos ilusione.
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